Tú solías amarme con presurosa pasión
con enérgicos besos y furiosas caricias.
Tenías esa costumbre de romper el amor,
y convertirlo en algo parecido al sexo.
Al necesitar la carne vendías el alma
y tu monstruosa virilidad aparecía.
Ella me amaba cuadro por cuadro
pixel a pixel lentamente me descubría.
Con su orgásmico ápice exploraba
logrando mi felicidad implosiva.
Ella no saltó de entre mis brazos
cuando notó que ya amanecía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Me gusta la comparación que haces y cómo la manejas. Sólo espero que no sea de mí XD
Publicar un comentario