jueves, 5 de marzo de 2009

The night I decided to fly away...

Duele.
Hiere. Dulce,
suave y lentamente.
Cuando me preguntas por qué,
tú me clavas esa caleidoscópica mirada.
Quedo ciega entre la niebla de tus ojos negros.


Cómo logro convencerte de que debo irme ya
si yo misma me he arrancado las pupilas
para no tener que verte partir.
No preguntes más nada.
Bébeme toda.
Te tú.