martes, 25 de marzo de 2014

The day we met


I barely remember the weather, the time, or the clothes you were wearing. It was a fraction of a second in wich we decide to meet, we both took a second to provoke the destiny and to throw the dices.
My life was planned, all the decisions in my life were taken carefully. I built a perfect castle no one could destroy... but the thing is... I never thought you would just come and knock the door...
What could I do...? I learned how to fight against the most powerful tanks, I had the strenght to take a hundred bullets in my body. But how do you fight kisses? What weapons can you use against hugs? There is no shield that protects us from love...
So I lost the battle. You found the key to open my door with no violence at all. This was a war I wasn't prepared for. You broke all my prejudices, you fixed all my weaknesses, but at the same time, you turned me into a fragil soul.
You made me cry, laugh,love and dream, all at the same time. You changed my life forever and there is no way to restart.


"Algo tienen tu ojos, un no sé qué, que qué se yo".

domingo, 22 de septiembre de 2013

No title this time.

Perdón...
Por haber nacido
Por haber maltratado tu cuerpo desde las entrañas
Y haberme llevado parte de tu carne en mi naturaleza.

Perdón...
Por haber llegado sin padre
Por no haber traído torta bajo el brazo
Ni algunos dólares extras flotando en la placenta.

No sé...
Qué quieres
Quién soy ni qué soy
De dónde vengo ni a dónde quieres que me vaya.

Sólo sé...
No es mi culpa
No son mis pecados
Ni tampoco mi consciencia la que se ha ensuciado.

martes, 1 de mayo de 2012

I kissed a girl.

Sin previas intenciones. Sin retorcidas fantasías.
Sucedió bajo una atmósfera de paz y de calma.
Sin enervantes, ni público, ni desnudez.

Recuerdo haber visto lo tibio de su tez, el coqueteo en sus pestañas, la tensión en la comisura de sus labios, los movimientos involuntarios en sus manos, los viajes de sus ojos entre el suelo y mi mirada. Sería su timidez o la decisión con la que ocultaba sus ganas, la fuerza con la que pretendía esconder su adrenalina, o tal vez era yo.

Quizá fui yo, la que construí cada uno de sus movimientos y la llevé a ese punto. Alimentando sus deseos con mis sonrisas y mis distantes caricias. Hablándole siempre a los ojos y tratando de entrar en su mente, hablándole de todo, de mil cosas y a la vez de nada, tal vez ella supo que estaba esperando a que me callara.

Con sus manos heladas cubrió mis ojos, todo parecía un juego inocente entre niñas, hasta que sentí sus labios sobre los míos. Primero como un roce equívoco, después como un ejercicio vital. Sentía la necesidad de seguirme aferrando a sus labios, a su olor de mujer, a su esencia femenina. Por un segundo sentí que el vacío con el que había cargado por varios años, comenzaba a llenarse. En su piel hallé el pigmento para borrar las manchas de mi pasado, en sus brazos encontré la temperatura exacta para aislar mis miedos, la suavidad en su pecho me recordaba acaso una esencia materna.

Sin embargo, entre los besos y las caricias descubrí que la ilusión que estaba viviendo se desvanecía, caí en cuenta que era como percatarse de un sueño que está por acabar. Un rechinido atacó mi calma y paré. Sus ojos me escrudriñaban con mil dudas pero después lo entendió. El hueco que creí llenar con este holográfico momento, rebosaba ahora de culpa e incertidumbre que hacían sonidos chillantes en mis tímpanos, era un tic tac desgarrador, no había tiempo de pensar ahora, todo estaba hecho.,. habría de lastimar dos corazones.

martes, 18 de octubre de 2011

Arrival

Parecía mágico. Nos mirábamos a los ojos y parecía que atravesáramos las barreras del pudor.
Nos amamos a tal grado que sangrábamos por dentro. Hasta que nuestros pies tocaron el piso.

viernes, 17 de junio de 2011

I don't want anything else...

Yo no quiero nada.
No quiero nada que no seas tú. No quiero presenciar otro solsticio que no sea el de tus ojos. Me rehúso a renunciar a la primavera que nace entre tus brazos. No quiero escuchar otros fonemas que no sean los que se deslizan suavemente entre sus labios, esos que a veces forman balbuceos repletos de sentido. Sería incapaz de sonreír sin el reflejo de tu rostro, sin la correspondida sonrisa que en ocasiones se resbala y forma una mueca apenas perceptible.

Sólo te quiero a ti.
Con todo y tus odios, con todo y tus rencores justificados. Te quiero no por que te necesite si no porque te quiero. Te tomo a pesar de mis errores y los tuyos. Porque basta ver esa expresión contorneada por la oscuridad de tu ceja, ese gesto un tanto secreto un tanto inconsciente, para darme cuenta que este es mi lugar en el mundo, donde quiero anidar mis sentimientos y fecundar nuestros sueños.

jueves, 19 de mayo de 2011

How to forgive...

Para enterrar el rencor, sólo existe un remedio.
Encontrar la fuente que lo produce y eliminarla.


Tras cuatrocientas horas de terapia, fui dada de alta por un mequetrefe con doctorado en quién sabe cuántas chácharas. Desde la hora cuarenta nos habíamos concentrado en la violación, que de común acuerdo decidimos sería la prioridad. Hablamos del perdón, de dejar ir, de enterrar el rencor. Todo me parecía colorido y nuevo. En contra de lo que esperaba, me habló de Dios, del Karma, de Buda, de Ghandi, del otro mundo, del infierno y hasta del cielo, me convenció de que había que indagar en los detalles y apuesto que su morbo le cosquilleaba en la entrepierna. Yo le conté todo sin tapujos, las terapias son caras y la vida es corta.


Era una mujer nueva.


Esa misma tarde puse en práctica todo lo que aprendí en terapia. Regresé al pasado para sanar lo ocurrido. Lo busqué en la misma calle oscura y desolada donde todo ocurrió. Ahí mismo lo encontré, ese rencor avejentado y un poco ciego.  Dejé salir toda mi ira sobre mi rencor, dije lo que tenía que decir, hice lo que tuve que hacer. Después guardé todo en una bolsa y me dirigí a enterrarlo. No fue nada difícil debido a mi oficio de paisajista. No sé si hubiera sido mejor asegurarme que el rencor estuviera muerto antes de enterrarlo. Tal vez la nivelación del terreno hubiera sido más sencilla sin el revoloteo de lo que quedaba sus extremidades. La muerte por asfixia, lleva apenas unos largos y extenuantes minutos.


El doctor tenía razón.
Una vez que enterrado el rencor, la vida sigue.